Leo con estupor que desde que se aprobó por unanimidad hace ocho meses la 'ley ELA' para garantizar el derecho a una vida digna de los enfermos con Esclerosis Lateral Amiotrófica y sus familias, han muerto en España más de 500. Tenemos 4.000 y cada día se diagnostican tres más y mueren otros tres.
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Mientras el Gobierno se da una prisa inaudita para aprobar cada día un nuevo despropósito -y muchos de ellos son carísimos- ha prorrogado 17 veces el plazo de presentación de enmiendas a la ley. Se ve que detrás de la ley ELA no detectan ni el interés político ni la masa crítica de votantes como para que se molesten en sacarla del cajón en el que la metieron tras ponerse la medalla del buenismo y sacarse la foto de la unanimidad.
Mientras, los enfermos y las familias -que están perplejos- sufren, lloran y no entienden nada. No me extraña, qué vergüenza, otra más.