Desde muy pequeños, nuestro sistema educativo nos ha bloqueado la creatividad y, por consiguiente, nos ha limitado la imaginación que nos podría hacer únicos.
Entretodos
Nos conducen a todos hacia el mismo sendero académico sembrado por racionalidad y regularidad sin pensar en la singularidad del sujeto y su percepción única de la realidad.
La típica respuesta preconcebida y dada por los altos cargos electos, cargada de fundamentos desmotivadores que explican lo difícil que es cambiar todo un sistema educativo desde las bases ya no es aceptada por la gran mayoría.
Las generaciones futuras se merecen profesionales de la educación cultos, porque se han cultivado, pero que crean en el aprendizaje a partir de saborear y disfrutar del mundo que nos rodea.