Soy médico jubilado y aunque no me lo enseñaron en la facultad tuve que aprender en poco tiempo que un equipo hospitalario se compone de enfermería, auxiliares, personal facultativo, celadores, administración, técnicos y personal de limpieza. Las direcciones merecen otro enfoque.
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La limpieza es tan fundamental, que sin ella todo lo demás no funcionaría; pero el personal que trabaja en esta tarea no tiene el reconocimiento social, laboral y económico que se merece tanto en hospitales como en cualquier otro sector. No son estatutarios ni funcionarios sino trabajadores y sobre todo trabajadoras bajo contrato y en ocasiones explotación por grandes empresas. Esto ya era así antes de la pandemia. En el sector doméstico se ha pasado en muchos casos a la miseria y sin derechos. Otros sectores como el hospitalario, están siendo sometidos a un aumento de la carga laboral cuantitativa, pero también cualitativa por el nivel de exigencia técnica y aumento del riesgo.
Sin menoscabo de nadie, quiero recordar a algunos políticos, que esa señora o señor que limpia el atril después de cada intervención, en ocasiones desarrolla una labor más útil que la que realiza usted; a cada ciudadano, que esa persona que recoge sus guantes, sus mascarillas o sus pañuelos del suelo de su ciudad, merece más respeto y consideración que usted por la actitud que muestra y a usted usuario habitual o esporádico de hotel, que esa persona que le deja una tarjetita sobre la repisa del baño con su nombre, merece un minuto, un bolígrafo y un simple "gracias" además de un comportamiento respetuoso por su parte.
A aquellos que tienen la responsabilidad de legislar y a los que dirigen las empresas de limpieza, desde estas líneas, les pido respeto y responsabilidad para este colectivo que también es esencial en esta pandemia.