El Barça sufrió una humillante eliminación en las semifinales de la pasada edición de la Champions League, encajando una goleada estrepitosa que disparó todas las alarmas. Días después, Messi sorprendió a propios y extraños al cursar un Burofax manifestando su disposición de dejar el Barcelona. No pudo hacerlo y tuvo que quedarse en Barcelona tras la aplicación del clausulado contractual. Pero lo cierto es que el hasta ahora considerado mejor jugador de fútbol, no brilla en sus actuaciones. La edad pasa factura.
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El fútbol es un estado de ánimo. El de Messi no parece ser el más óptimo. Ni su semblante ni sus reacciones son las de antes. En el terreno de juego, su rendimiento es cada vez más cuestionado. Ya no es el jugador decisivo y determinante en la resolución de los partidos. Sus números le delatan: menos goles, menos asistencias, pérdidas de balón por anticipación del contrario, casi nula recuperación y no aparecen sus prodigiosos lanzamientos de faltas. Deambula por el terreno de juego. La estrella se va apagando. ¿Estamos asistiendo al comienzo del declive del astro mundial?