A partir del 1 de septiembre del 2012, a consecuencia del RD-L 20/2012, los servicios prestados por empresas funerarias y cementerios tributan el 21% de IVA. Hasta entonces tributaban por el tipo reducido (el 8%).
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Señores del Gobierno, morir no es ninguna elección personal. Todos estamos obligados a hacerlo. Y al dolor de la familia se une a veces el problema de pagar el servicio funerario, por lo que creo que se debería reducir en la medida de lo posible este tipo impositivo y volver a gravarlo con el 8%.