Hace unos días me enviaron un mensaje lleno de sentido común e impregnado de una gran filosofía de vida y de respeto hacia los demás. Estas enseñanzas se deben transmitir no solo en las escuelas y en el seno de la familia, también en los medios de comunicación para que de esa forma eduquemos en la paz y el respeto, que tanto escasea  en cualquier rincón de nuestro planeta. El mensaje decía así:

“Las personas somos como camiones de basura: nos rodean de basura, llenos de decepciones y frustraciones, llenos de ira. Cuando su basura se acumula te la arrojan a ti, pero no te lo tomes de forma personal...tú solo sacude, sonríe, deséale el bien y sigue adelante. No dejes que esa basura se esparza en el trabajo, en casa o en la calle. Ama a los que te tratan bien y reza por los que no. La vida es el 10% de lo que haces y el otro 90% como lo tomes”.

Cuando observemos esos comportamientos en cualquier situación de nuestra vida debemos de actuar con quietud, de esta manera evitaremos muchos conflictos y preocupaciones. No olvidemos que estas conductas violentas, llenas de orgullo o engreimiento y carentes del perdón contribuyen a que las personas pierdan su paz, su honestidad, y su esperanza.