El 26 de abril hubo un coloquio en La Sexta con catedráticos de Ética y Filosofía como Adela Cortina y Juan Antonio Marina. El coloquio se produjo tras la anulación del debate electoral por el menosprecio de la candidata de Vox a la amenaza sufrida por el candidato de Podemos que recibió cuatro balas en un sobre. Los que descreen y no condenan las amenazas es justamente por falta de ética.

El año pasado se criticó por parte de ciertos sectores que el ministro de Sanidad fuese licenciado en Filosofía, pero el desprecio por la filosofía y la ética es por lo que ahora Ayuso reduce todo a "comunismo o libertad" y el líder de Podemos recibe un sobre con balas. El desprecio por los valores humanos es transversal, de un lado los que quieren bajar impuestos a grandes fortunas y debilitar los servicios públicos como si la mayoría de españoles fuesen millonarios, y de otro los que privatizan servicios sociales con el tercer sector perjudicando a personas que dramáticamente los necesitan.

La gestión sanitaria de Madrid en las últimas décadas ha propiciado que haya el mayor número de muertos por covid, y la gestión de servicios sociales de Barcelona ha propiciado que sea la ciudad con mayor población sin hogar de España.

Parece que, a mayor PIB, mayor privatización de servicios públicos. Es como si ambas comunidades fuesen gobernadas por los mismos partidos, pero que para despistar aluden enardecidamente a nacionalismos antagónicos. Los que hablan de economía y no de políticas sociales son los que desprecian qué es la economía y por qué existe el Estado, pues si no hay sociedad, no existe la economía, y el Estado existe para la sociedad. No se puede reducir la economía al individualismo ni desligarla de políticas sociales, ni hacer de ella patriotismo excluyendo a los más pobres.

La ONU avisó a España de que una cuarta parte de su población está en riesgo de exclusión social. Economía y política sin ética son ya algo desfasado.