A lo largo de mi vida he tenido ocasión de colaborar en varias juntas de gobierno de muy diversa índole, algunas veces presidiéndolas, y en todas ellas las experiencias han sido múltiples.
Entretodos
Recuerdo una que me ponía de muy mal humor: el miembro más gris de todos siempre disentía. Daba la impresión de que quería compensar su mediocridad llevando sistemáticamente la contraria. En la actualidad, cuando observo las reacciones de algunos de nuestros políticos, recuerdo aquellos tiempos y llego a la conclusión de que también es su pequeñez la que los hace actuar así.
No entender que según qué decisiones no se pueden tomar unilateralmente: romper con Europa ('brexit'), decir 'no' a las mascarillas y docenas de obviedades más, es cosa de mediocres que, en un intento desesperado de ocultar su falta de inteligencia, optará por disentir. En nuestro país hay demasiada gente que reacciona así, por eso reconstruirlo nos resulta tan difícil.