Ya ha llegado diciembre y, con él, el exceso de todo.
Entretodos
Admiro aquellas personas que tienen ese espíritu navideño que yo en algún momento de mi vida perdí y no sé cuándo.
El objetivo de la celebración es otro que el que estamos persiguiendo ahora, porque parece que solo nos importan los regalos más caros, los mejores manjares, y cuánto más abundantes mejor, los adornos más relucientes... El origen de estas fiestas es todo lo contrario y está basado en la humildad.
Para mí, este mes por completo es un mes de excesos, pero en todos los sentidos. Si analizas, es el mes que tienes más planes con amigos que hace tiempo que no ves, con los compañeros de la oficina, con los del barrio. También es el mes que tienes más gastos, más comilonas, más compras... Más, más y más estamos perdiendo el origen y el sentido de esta celebración.
Pero solo es una opinión personal, porque admiro a todos aquellos que a pesar de todos estos excesos siguen teniendo el espíritu navideño que yo tanto anhelo.