Cuando el señor Casado llama "traidor e ilegítimo" al presidente Sánchez por intentar dialogar con los independentistas, está rompiendo las reglas del juego ya que la función de los gobiernos es llegar al consenso entre la mayoría de las partes, guste o no.
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Si cree que es traidor, lo primero que debería hacer es denunciarlo en los juzgados de forma penal y, si dice que es ilegítimo, está poniendo en cuestión la Constitución, ya que el Presidente del Gobierno se elige de forma legítima por mayorías parlamentarias y, hoy por hoy, al que se le legitimó es al Presidente Sánchez.
Un candidato que aspira a ser presidente del gobierno tiene que ser prudente con sus palabras y sus hechos ya que, con su actitud, está siendo intransigente y poco dialogante, unas características que no debe poseer un dirigente político.
Los políticos, si quieren que se les respete, han de respetar; y, siempre que sus negociaciones no se salgan del respeto a la Constitución, el mismo derecho tienen unos para negociar con los independentistas catalanes como los otros con la extrema derecha.