Hoy es día de reflexiones, de dudas, de certezas nunca confirmadas, de recordar que ayer vinieron a por nuestro vecino y no dijimos nada, que la dignidad se la pedimos a los otros, que tenemos miedo y no lo reconocemos, que queremos crear un paraíso para nosotros pero que estamos rodeados de infiernos y esperamos milagros. Es la hora de atrevernos a cambiar las cosas, de reconocer que ya no nos sirven, que solo se sirven a ellos mismos. ¿Podemos?
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