Que duda cabe de que los recortes en educación y cultura han hecho estragos a todos los niveles. Los Premios Goya evidenciaron que un 80% de los galardonados no supieron estar a la altura del premio recibido con su discurso de agradecimiento. Fue un espectáculo vergonzoso ver cómo actores y actrices y otros premiados parecían no tener un discurso preparado, cuando eso hubiera sido lo más normal.
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Exceptuando una minoría, el resto no supo hacer otra cosa que compartir el premio recibido con la familia, amigos y equipo de rodaje con frases entrecortadas, inconexas, onomatopeyas y gritos, sollozando y sobreactuando. No me imagino a todo un Premio Nobel, un Premio Planeta o un Premio Príncipe de Asturias dando un espectáculo similar.
Sin embargo al día siguiente todo el mundo hablaba de los vestidos de las actrices, el esmoquin de Iglesias o la pareja Preysler-Vargas Llosa y ni una sola mención a lo deplorables que fueron los discursos. Soy una gran admiradora del cine español y siento una profunda pena que tanto talento haya quedado desmerecido.