Todo esto por una papeleta, por gente que quiere ir a votar y no le dejan; y los otros perdiendo la cabeza, exaltando, rasgando su pulcras vestiduras de traje y no me mires. Pura hipocresía; pero es que son nacionalistas, gritan enarbolando una enrome bandera roja y amarilla. Todo esto -el batiburrillo, enredo mediático global y el lío con el barco de Piolín-, es España.

Los picoletos que vienen en masa para atarlos con la patria; quieren estrechar más el cinturón, limar las asperezas a base de brutalidad policial y violación de libertades; recordando los viejos tiempos franquistas, la antigua gloria de un tiempo rancio y gris. Y luego está la clase política que nos gobierna, que se aferran a la Carta Magna, la que ellos mismos incendian cada día con su ejercito de secuaces capitalistas: impidiendo la vivienda digna, robando derechos adquiridos los trabajadores, consintiendo el capricho y la desdicha de las grandes empresas. Las multinacionales son las que dirigen la nación.

Que dejen votar dignamente a la gente, no le teman al futuro y luego ellos ya decidirán lo que quieran. Desorganicen todo este tinglado, todo esto por una papeleta.