Nuevo año y, como mandan los cánones, renovados propósitos. Despedimos un año lastrado por la pandemia e iniciamos el 2022 con la incidencia expansiva contagiosa de la nueva variante del covid-19, en la sexta ola. Sin duda, palabras como 'virus',' contagio', 'cuarentena', 'teletrabajo', 'antígenos', 'PCR' y 'QR', 'pasaporte sanitario'... han marcado esa etapa. Pero hay un término que prevalece sobre todas, la acechante incertidumbre que nos perturba e inquieta y nos muestra la fragilidad a la que nos hallamos expuestos. Nos recuerda que somos vulnerables y que nuestros proyectos pueden volatilizarse, de un día para otro. No obstante, debemos afrontar el futuro con valentía y con moderado, pero necesario, optimismo vital.
Entretodos
No debemos sucumbir a la desesperanza ni resignarnos por la inseguridad. Más que nunca deben aunarse voluntades en pos de un proyecto colectivo, con compromiso político y social, para afrontar los retos que nos aguardan, mejorar la estabilidad y calidad en el empleo, apostar por las energías renovables, erradicar la pobreza y la desigualdad, proteger a los mayores y a los jóvenes, prevenir y combatir la ciberdelincuencia, potenciar la investigación e invertir en el sistema sanitario, educativo y judicial, pilares de nuestra sociedad. ¡Bienvenido, 2022!