Las palabras pueden ser dulces o amargas. Las palabras pueden volar o caer por su propio peso. Las palabras nos llevan a hechos que a algunos los dejan sin palabra. Pero lo verdaderamente difícil de las palabras es mantenerlas en equilibrio, aún más cuando has dado tu palabra.
Entretodos
¿Cuánto cuesta el desafío de mantener en equilibrio una palabra? ¿Cuántas mentiras, cuántas palabras llevadas al límite por mantener en equilibrio la palabra dada?
Las palabras asesoradas nunca deberían vivir al límite porque hay oídos sordos y mentes envenenadas que rompen el equilibrio no solo de las palabras, y los asesores lo saben.