Con 3 millones de personas fallecidas en el mundo como consecuencia de la covid-19, una cifra cercana a la totalidad de la población de Cantabria y el País Vasco, ideas como que la pandemia es una falacia construida desde unas élites malintencionadas para justificar el recorte de derechos democráticos parecen tener una capacidad de difusión pública elevada en términos cuantitativos, aunque con no demasiada germinación en una sociedad donde tiene mayor credibilidad la palabra honesta y acreditada de la ciencia que la voz incompetente o fraudulenta de la confusión interesada.
Entretodos
Con independencia del abanico de opiniones y versiones sobre las intenciones ocultas existentes detrás de la pandemia, lo que resulta una certeza es que desde la llegada de las vacunas a las residencias de mayores, el número de muertes en estos centros ha caído en picado.