Hace días que hay la polémica entre las empresas de alquiler de vehículos con chofer. Muy bonito el nombre, pero antes se llamaban taxis.
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Quizás ha evolucionado tanto el negocio del servicio de alquiler, que es mucho más bonito llamarle, de la forma que en inglés les llaman, pero hay un pequeño matiz que quizás no lo es tanto: estos señores pueden actuar don de les plazca. Los taxis de una localidad, deben llevar taxímetro, y solo actúan en las que están dados de alta. Los otros buscan los eventos, los seleccionan, y allí vamos, parecen cómo los pájaros que caen en el sembrado una vez que se ha depositado la mies.
Un taxista, si quiere ejercer, debe comprar la licencia. Estos otros, se dan de alta de autónomos, y aquí paz y después gloria; y a esperar a ver dónde se producirá la nueva ocasión de negocio. Si unos van a cazar fieras con tirachinas, y los otros con fusiles de repetición, ¿quién se llevará el gato al agua?