Señor Manuel Valls: En la trampa que no puede caer (escuchando lo que ha dicho en su presentación, veo que no lo hará) es en usar Barcelona (BCN) como un arma arrojadiza a favor o en contra del secesionismo. La batalla está preparada para eso: huya de ello.
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Veo que su equipo se asociará con Ciudadanos; ellos siempre le apoyarán porque no usted es secesionista y su curriculum les impresiona, pero vaya con mucho cuidado: las elecciones se ganan en los barrios, no en los partidos.
Sobre el papel, sus verdaderos contrincantes son los soberanistas; sin embargo, si continúan sin entenderse se debilitarán y, entonces, probablemente, la gran final la jugarán usted y Colau. Si esto ocurre, no lo tiene nada mal; ella es muy altanera y su gestión ha sido reprobada varias veces.
Con su experiencia, y a sabiendas de que es usted un candidato exótico, perturbador y políticamente en el paro, debería plantear un programa claro y ambicioso que busque lo mismo que deseamos una gran mayoría de barceloneses silenciosos: una BCN europea y metropolitana, referente de bienestar, turismo y cultura que, anclada en el Mediterráneo y solucionados sus problemas de infraestructuras y vivienda, se convierta en la mejor capital de este ancho y globalizado mundo en el que nos ha tocado vivir.