Conocí al pare Manel en el año 86 (nos casó el en la capilla de la iglesia de Santa Maria Del Mar). Aún no era conocido. Mi mujer le predijo que sería muy conocido y apreciado, como así fue. Tuvimos el honor de invitarlo a cenar a nuestra primera casa de casados (40 metros cuadrados) con nuestro común amigo Ignacio Puig. Mientras cenábamos (pulpos en su tinta acompañados con un buen vino), nos explicó que en su barrio le habían robado la 'scooter' de segunda mano que tenía, y el ladrón, al percatarse de que el dueño era el pare Manel, se la devolvió intacta.
Entretodos
Pienso que ahora estará hablando con su Creador (en el cielo) para que le deje volver a la Tierra (el infierno), pues queda mucho trabajo por hacer. Se nos ha ido un 'pequeño gran hombre'.