Contenido de usuario Este contenido ha sido redactado por un usuario de El Periódico y revisado, antes de publicarse, por la redacción de El Periódico.

Comprensión hacia los hipocondríacos

Una sala de espera en el Hospital de Sant Pau. / FERRAN NADEU

Desde pequeño ha habido un factor que me ha acompañado a lo largo de mi vida, y que en ocasiones me ha condicionado bastante a la hora de disfrutar de mis amigos y de mi familia y a la hora de dedicarme plenamente al desarrollo de mis quehaceres. No se trata de ningún tipo de discapacidad, déficit de atención o hiperactividad, sino de un tipo de 'afección' mental conocida como hipocondría o aprensión.

Entretodos

Publica una carta del lector

Escribe un 'post' para publicar en la edición impresa y en la web

La hipocondría o aprensión es un tipo de afección obsesiva-cognitiva en la que el individuo está continuamente preocupado por su salud, prestando atención a todos los síntomas que padece, dándose a sí mismo sus propios diagnósticos y en la mayoría de las veces imaginando y engrandeciendo estos síntomas, provocando así ansiedad, angustia e incluso trastornos graves, que pueden desembocar en una enfermedad, esta vez no imaginaria.

Probablemente no haya sido la única persona que se haya sentido irritada e incomprendida cuando las personas que te rodean --que saben que padeces esta afección y que conocen todos tus síntomas, males y angustias-- se toman a risa esta situación. Es comprensible que se muestren extrañadas e incluso enfadadas para hacer que entres en razón, pero nunca deben ser bromistas. Quien se muestra así con esta afección es que realmente no la ha padecido nunca, y por tanto no sabe lo que es ni lo que implica. No conoce la angustia constante que se siente debido a este problema; no sabe lo que es acudir al doctor por síntomas intrascendentes o imaginarios; tampoco conoce el alivio que se siente tras los pronósticos positivos del médico ni que al poco rato aparezcan nuevos síntomas fruto de este trastorno.

No pretendo aleccionar a nadie; únicamente quiero pedir comprensión sobre este problema y con las personas que lo padecemos. Si hay algo que necesitamos realmente es el apoyo y comprensión de nuestras personas cercanas, y no su rechazo. Entiendo que en ocasiones podamos resultar agobiantes e incluso latosos, pero nuestro problema puede llegar a resultar muy abrumador. Estoy seguro de que las personas que lean este artículo y padezcan o hayan padecido esta afección sabrán perfectamente de lo que hablo.