Me alegra que el irreverente Albert Soler ("el 'procés' es una religión") empiece a colaborar con EL PERIÓDICO. Aunque ridiculizar al ridículo es fácil, él lo ha convertido en todo un arte. Si unos izan banderas, él las arría con la inteligencia, el sarcasmo y la ironía. Enhorabuena por el fichaje. Soler se lo merece.
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