Cuanto más nos acercamos al inicio de la temporada de baño en las playas de Barcelona, más se caldea el debate entre vecinos y animalistas. Es un tema que está en boca de muchos y aparece en los titulares de los periódicos. Personalmente, me crea un conflicto pues tengo perro y también soy vecino, quizá no tan privilegiado como los de las comunidades de la Illa del Bosc, la Llum, el Mar y Josep Maria Sostres, en primera línea de mar. Tampoco dispongo de unos maravillosos parques públicos justo al lado de casa o de zona verde y piscina privada.
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Creo que mis impuestos, como ciudadano de Barcelona, me permiten poder solicitar un pequeño espacio para poder disfrutar de un baño con mi perro, para poder aliviar juntos el calor del verano. En cuanto a las asociaciones vecinales, me gustaría saber de dónde sacan los datos para afirmar que los vecinos están en contra de la propuesta de playa para perros. En el distrito de Sant Martí de Provençals, en el proceso participativo ciudadano para la elaboración del Pla Municipal de Barcelona, en el debate celebrado el 17 de marzo de este año sobre 'Gossos i espai públic', no fue esa la opinión mayoritaria. Se debatió y se buscaron soluciones, incluso se propuso mayor control y sanciones contra los propietarios incívicos. Pero la mayoría estaba a favor de un espacio en la playa para compartir con mascotas.
Yo tengo que desplazarme unos 2 kilómetros para llegar a la playa con mi perro, siendo la de Llevant la más cercana, pero también me añado a la propuesta de que puedan acceder libremente a todo el litoral. Así no tendremos que estar separados por vallas, como si fuésemos ciudadanos de segunda.