Emmanuel Macron anunció diferentes medidas para apaciguar las protestas de los chalecos amarillos, como una subida del salario mínimo o la exención de impuestos y contribuciones sociales sobre las horas extra.
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Toda una batería de reformas para apaciguar las protestas sociales que han puesto contra las cuerdas al presidente Macron. Una reacción del ejecutivo francés que, a ojos de mucha gente, justifica o valida la violencia de los chalecos amarillos durante estas movilizaciones, una respuesta peligrosa en una época con mucha tensión en toda Europa.
El mensaje que envía el gobierno francés es que lo que pone en jaque al poder político no son los argumentos sino la lucha en las calles, una idea que, en nuestros días, con conflictos como el catalán, puede ser muy peligroso.