El señor Cuixart afirmó, seguro que apoyándose en las muchas y sólidas investigaciones científicas que deben existir al respecto, que el pacifismo está en el ADN de los catalanes. Recientemente, Jordi Fábrega, candidato de Junts per Catalunya por La Seu, afirmó -deduzco también que a partir de datos empíricos irrefutables- que "los españoles llevan la violencia en los genes". ¡Maravilloso: todo encaja!
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Pues lamento ser un aguafiestas: a la hora de ser violentos, en Catalunya hemos sido igualitos que en el resto de España. El adoctrinamiento procesista ha exacerbado, entre otras cosas, una visión maniquea y sesgada de la historia de Catalunya, idealizándola en contraposición a una España, como no, agresiva, autoritaria, primaria, etcétera.
Obras de autores catalanes como E. Calpena, J. Hernando, M. Forcano, J. Maluquer, J. M. Fradera, A. Pladevall y otros, explican muchos ejemplos de violencia y abusos perpetrados por catalanes contra catalanes y personas de diversos orígenes. Además de los frecuentes abusos de poderosos y autoridades catalanas, Catalunya tuvo el sistema feudal más duro de Europa. Fueron violentos los pogromos judíos (1348, 1391), a los que ya se vejaba sistemáticamente. Fue violenta la represión del Consell contra remenses y remensesbuscaires, fueron violentas las bullangas anticlericales del siglo XIX, el anarquismo del siglo XX, respondido violentamente por patrons y sindicats lliures, eran violentos los escamots de Estat Català.
Se torturaron y ejecutaron unas 400 personas por brujería en el siglo XVII. El tráfico y tenencia de esclavos, tanto medieval como colonial, fue un gran negocio para muchos catalanes. El conocido como método de castigar de la Barcelona medieval era brutal...
Que cómodo resulta siempre el doble rasero ¿verdad?