El pasado 2 de septiembre falleció mi padre, de 87 años y enfermo de alzhéimer. Un mes antes le escribí esta carta de despedida. Quiero pensar que de alguna forma le pude hacer llegar todo lo que sentí y siento por él. Y ahora, llena de orgullo por el que fue el mejor padre del mundo, quiero compartirla con vosotros:
Entretodos
Hola, papa,
Ahora que cuando tus ojos me miran quiero creer que todavía sabes quien soy, quiero pedirte perdón. Perdón por no haberte dicho nunca cuánto te he querido; perdón por no haberte conocido más y mejor; perdón por no haber hecho tantas y tantas cosas que ahora se me ocurren que sí podíamos haber hecho juntos; perdón por no haber escuchado una y mil veces tus historias de la guerra y de la mili .....
Ahora que ya no puedes hablar, te miro a los ojos y siento que es cuando mejor nos entendemos. Tu mirada es serena porque en ti ahora solo está tu alma; y tu alma es limpia y buena. Te vas y no lo sabes pero yo sí y te veo alejarte cada día un poco más.
¿Sabes? Siempre he sentido que me parezco a ti en muchas cosas, y ahora más que nunca estoy orgullosa de ello; pero te irás sin saberlo. Por eso, cada noche, cuando te acuesto te digo al oído que te quiero, y entonces tú me miras, me sonríes un poquito y sé que me has entendido; y eso es algo que tú te llevarás y yo me quedaré y que nadie nos podrá quitar nunca.
Gracias. Te quiero. Hasta siempre.