Siendo posiblemente un profesor de autoescuela en activo de los más veteranos, me tomo la libertad de pedir, sugerir e incluso exigir que se acabe cuanto antes el problemón gravísimo que tienen creado la Admistración y los examinadores (funcionarios públicos).
Entretodos
Por efecto colateral, se está creando en el sector una crisis devastadora tanto para los empresarios, autónomos o no, como para los profesores, e incluso, de rebote, para los alumnos universitarios que aprovechan el parón estival para obtener su permiso de conducir. A tal extremo llega la situación, que van a tener que desaparecer muchas autoescuelas y por consiguiente se destruirán cientos de puestos de trabajo.
Creo que la línea roja entre la paciencia y el hartazgo se está rebasando. Hagan una reflexión y pongan un poco de cordura, porque este sector, ya de por sí depauperado, si no se arregla está abocado al abismo.