Querido Albert:
Entretodos
Quiero dedicarte unas palabras de despedida en nombre de los dirigentes de otros partidos que no han tenido la suficiente elegancia moral para hacerlo.
Quiero agradecerte tu entrega apasionada y entusiasta a la política; tu valentía por ser uno de los primeros en alzar la voz contra el abuso de ciertos catalanes poderosos; tu arrojo al defender sin complejos la unidad de España; tu ejemplaridad y honestidad al dimitir, anteponiendo la utilidad a tu país al interés personal.
Quiero, también en su nombre, desearte mucha suerte en tu nuevo camino.
¡Que los hados te sean propicios!