El pasado 4 de febrero se celebró el Día Mundial contra el Cáncer. Quisiera dedicar estas líneas a todos los afectados por esta enfermedad:
Entretodos
Hoy se hacen visibles nuestros verdaderos héroes. Heroes que, además, son de carne y hueso. Día tras día se lo ganan. A pulso, de corazón. Ellos y ellas se merecen nuestra total admiración y respeto. Y es que boxean con el miedo. Asisten a clases de yoga impartidas por la esperanza. Hacen trapecismo con la vida.
No son ni víctimas ni supervivientes, y entre ello ya hay una diferencia abismal. Son nuestros y nuestras referentes; que nos enseñan a atar lazos y estrecharlos. Lazos rosas. Azules. Naranjas. De tantos colores como lo que se llega a ignorar a los porcentajes. Lazos tan fuertes como que lo injusto es no darse la opción de salir adelante.
Desafían a la moral y lo ponen todo en perspectiva. Son los y las que saben que si tienes la oportunidad, tienes que darlo todo. Que donde hay que morir es en el intento. Y que no hay nada perdido si hay algo por lo que luchar. Si hay que vivir.