Soy propietario de unas pequeñas tiendas de moda en el barrio de Gràcia de Barcelona. Desde hace unos años, veo mermada nuestra campaña Navideña debido a las estrategias agresivas de márketing que los grandes almacenes han adoptado del sistema norteamericano, el llamado 'Black Friday',Black Friday', un reclamo consumista surgido a raíz de su festividad de Acción de Gracias, en la que los clientes norteamericanos se encierran en sus casas con sus familias y ven cómo caen las ventas durante esos días.
Entretodos
¿Qué sentido tiene importar esta estrategia aquí? Pues, nuestros grandes almacenes lo han aprovechado para a hacer descuentos irrisorios de productos que tienen poca salida o modificar al alza sus precios unos días antes para que el consumidor crea que ha conseguido una ganga.
Pero para los pequeños comercios de barrio supone una semana negra en ventas. Nos vemos obligados a sumarnos a dicha campaña, ya que nuestros clientes, deslumbrados por las grandes campañas de márketing, optan por esperarse y efectuar sus compras solamente durante el 'Black Friday', con la esperanza de obtener inmejorables descuentos, mientras los comerciantes sufrimos graves pérdidas en ventas y para recuperarnos debemos asumir grandes descuentos cuando llega el viernes de esa semana negra.