En Ciutat Vella hay muchas calles estrechas y peatonales tomadas literalmente por bicicletas y patines en las que transitar a pie resulta un verdadero peligro para el ciudadano. Un buen ejemplo es la calle de Montcada, en la que, pese a su estrechez y a los numerosos turistas que hacen cola para entrar en alguno de sus museos, las bicicletas y patines circulan a demasiada velocidad esquivando a los ciudadanos que pasean o lo intentan por ella.
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Lo mismo sucede en lugares más amplios como la avenida de la Catedral, donde aparecen bicicletas por cualquier sitio llevándose por delante a algún peatón como vi que ocurría el pasado viernes 5 de agosto.
Si las calles son peatonales deberían ser vías seguras para pasear tranquilamente, no circuitos para bicis y patines. ¿Deberemos esperar una desgracia para que se prohíba a esas personas ir montados en sus vehículos esquivando paseantes?