Empieza la liga y los dirigentes del Futbol Club Barcelona están flirteando con el ridículo más grotesco tras mostrar un sobreactuado, desbordante y entusiástico optimismo. Pese a que Jaume Roures, otra vez, sale al rescate, con la activación de la cuarta palanca financiera, otro anticipo y una nueva hipoteca -pesadas losas que lastrarán el futuro económico del club-, aún no se tienen plenas garantías de que puedan ser inscritos todas las recientes incorporaciones y los renovados, lo que puede condicionar el nivel de competitividad deportiva.
Entretodos
Persiste la improvisación, instalados en el suspense, mientras los estrategas contrarrelojistas no pierden el apetito y se mueven de forma peripatética en reuniones entre manteles en restaurantes de postín, a golpes de ultimátum a De Jong, víctima de un acoso laboral, y sustanciales rebajas de sueldo de Piqué y Busquets, bordeando el ridículo si fracasan finalmente en su empeño. Por otra parte, no deja de ser llamativo que, a la desesperada, la cuarta palanca tenga como artífice a Roures, socio de LaLiga, a través de Mediapro, que mantiene una buena relación personal con Javier Tebas quien, por cierto, no ha efectuado un ejercicio de transparencia compartiendo los criterios por los que se rige el 'fair play' financiero.