Escribo esta carta porque ya me indigna que se incida tanto en el problema que tenemos con el coronavirus. Yo todavía no me he recuperado de la última crisis, y actualmente estoy en la ley de la segunda oportunidad, o sea, en concurso de acreedores como persona física. Lo he perdido todo, incluso mi casa, y para mí un solo euro es muy importante.
Entretodos
Soy cortador de ropa, y en estos momentos estoy trabajando gratis, colaborando con una empresa de Rubí llamada Robin Hat para suministrar gratuitamente mascarillas a los que lo necesitan: hospitales, ambulatorios...
Podrían aprender de nosotros las grandes empresas de moda; si pusieran una pequeña parte de su cadena de producción a fabricar mascarillas y guantes, en dos días no habría ningún problema de suministro al sistema sanitario.
Fuerza a todos los enfermos, y gracias a todos los médicos que ponen su salud en peligro para ayudarnos a todos, y una mención especial para aquellos a los que nunca se los recuerda: los camioneros, ya que sin ellos no tendríamos nada.