Tiembla la derecha española (y quizás también la más extrema) ante un más que posible acuerdo para los Presupuestos Generales del Estado 2019.
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Y digo que tiembla porque seguro que para nada esperaban un más que posible acuerdo entre el gobierno del PSOE y Unidos Podemos para facilitar unos presupuestos eminentemente sociales que contemplan, entre otros acuerdos, la subida del salario mínimo (900 euros), el aumento fiscal a las grandes fortunas, el tope a los precios abusivos de los alquileres, más ayudas a la dependencia. Y, en definitiva, una mejora sustancial a las clases más desfavorecidas con todos sus más que posibles errores.
Seguro que entre sus cálculos más esperados esperaban unas elecciones más pronto que tarde (algo que todavía puede estar en el aire). Si dicho acuerdo de presupuestos no cuenta con el aval de la Comisión Europea -trámite imprescindible- y un buen espaldadarazo sobre todo para acallar aquellas voces que entre otras lindezas han asegurado, que de aprobarse dichos presupuestos, pasaremos hambre en las próximas décadas y vendrá algún tipo de hundimiento. Repito, a la derecha cada vez más reaccionaria de este país no le interesa que haya un mínimo de avances sociales. Está en las manos de los partidos mínimamente progresistas (que miren por el interés general), si no quieren años más oscuros y un progreso de verdad, que digan sí a estos presupuestos. No pasaremos hambre y temblaran de verdad.