Coincidiendo con el nacimiento de Hans Christian Andersen, el 2 de abril se celebró el Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil. Hoy quiero rendir un homenaje a este escritor extraordinario y pensador profundo. Hace pocos años, visité junto con mi familia la tercera ciudad más grande de Dinamarca, Odense, donde pudimos ver una representación, combinando narración y canto, de algunos de sus cuentos más populares. El marco era incomparable: un parque con un lago en un lado y los patos, espectadores habituales de estas historias fantásticas. A continuación, la casa donde nació Andersen, junto a otras casitas del mismo estilo. Nos sentimos inmersos en un mundo de fantasía, tras dedicar el día a recordar sus historias, que tanto han influido en la imaginación de los niños de todo el mundo, sacando de ellos lo mejor y convirtiéndolos en adultos con poder para imaginar, crear y hacer de sus sueños una realidad. No se nos pasó por alto el hacer alusión a los valores que en sus libros encontramos, hermosos cuentos que encierran una gran moraleja, verdaderas obras maestras de la literatura universal.
Entretodos
Quiero aprovechar esta celebración para concienciar a la sociedad en general de la importancia de rescatar la lectura, involucrando a la población más joven.
Las frases de este escritor de cuentos tienen un tono esperanzador que invitan a soñar. En algunas como esta, nos da a entender que el arte es una vía para trascender hacia lo mejor y lo más bonito de la vida: “Lo bueno y lo bello no se olvida; vive en la leyenda y en la canción”.