Contenido de usuario Este contenido ha sido redactado por un usuario de El Periódico y revisado, antes de publicarse, por la redacción de El Periódico.

"Amor de verano escondido: ambos sabíamos que era un amor imposible"

Las empresas esperan subir los salarios el próximo año. / Shridhar Gupta (Unsplash)

La corbata amarilla y tu porte principesco de noble italiano fue lo primero que me llamó la atención de ti. Pasaste varias veces por delante de la salita donde yo estaba esperando la entrevista. Nos miramos brevemente. Tú sí sabías quién era yo, yo no tenía ni idea de quién eras tú. Cuando firmé el contrato, sentí un escalofrío al pensar que te volvería a ver pronto. Cuál no sería mi sorpresa cuando me mostraron mi mesa y tú estabas sentado enfrente, con esa sonrisa pícara de quien sabe que ese encuentro no era casual.

Entre reuniones y reuniones, llegó el verano. Nos inventábamos de todo para pasar tiempo juntos. No nos bastaba con compartir la oficina. Comíamos juntos todos los días, y retrasábamos o adelantábamos reuniones para coincidir en el café de media mañana. Ninguno de los dos se atrevió nunca a hablar abiertamente de lo que nos pasaba. Sabíamos que no era posible nada entre nosotros, por respeto a nuestras familias. Yo me enamoré perdidamente de ti, y tú de mí. Los dos lo sabíamos. Los restaurantes de Barcelona fueron testigos de nuestro amor platónico. Los largos paseos por las calles desiertas de agosto, y con la excusa de no encontrar taxi, volvíamos andando, juntos, casi rozándonos, disfrutando de nuestra compañía y de la brisa veraniega catalana, alargando al máximo esos momentos inocentes, casi infantiles, en la seguridad de que no durarían para siempre.

El día que me fui de vacaciones, me diste un beso en la mejilla que aún recuerdo. Fue apresurado… mi marido me estaba esperando en la puerta para ir directamente al aeropuerto. Esas vacaciones fueron muy tristes, sabía que ese amor de verano terminaría. Y no me equivocaba. El destino nos separó físicamente, pero tú y yo sabemos que en otra vida nos buscaremos y viviremos en plenitud el amor que nos tuvimos. Si estás leyendo esto, sabrás quién soy. Desde el otro lado del mar te mando el beso apasionado que nunca nos dimos.