Todos los presentes hemos visto, por lo menos alguna vez en nuestra vida, la típica película romántica. Normalmente la trama relata la historia de un hombre perfecto que se enamora a primera vista de una mujer, luego se enfrentan y finalmente se vuelven a encontrar. Antes de continuar debo decir una cosa: el cine ha hecho mucho daño. Las historias suelen basarse en relaciones envidiables representadas en las comedias románticas propias de Sandra Bullock. Se realza la imagen de un hombre atento, detallista y totalmente perfecto, si puede ser rico, mejor.
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Desde mi punto de vista este tipo de “resacón” romántico que aparece al finalizar las películas hace que nos creemos falsas expectativas acerca de cómo son realmente las relaciones de pareja. No somos conscientes del daño que puede llegar a producirnos este tipo de cine, pues en ellas se muestran alterados los patrones típicos de comportamiento masculino. Por lo tanto, llegamos a creer que los hombres se tienen que comportar igual que aquel protagonista guionizado, y lo peor, si no lo hace llegamos a pensar que no es el indicado, aunque por otro lado, también nos guste el sufrir por amor.
Es por todos estos motivos, por lo que los hombres terminan haciéndose literalmente un 8. Ya no saben si queremos flores, si queremos sufrir, si queremos que nos sorprendan, etcétera. Incluso, muchos de los que en un principio eran detallistas y atentos, han llegado a pensar que no eran suficientes todas sus demostraciones de amor y se frustran. A su vez, todo ello deriva en que hagan "sufrir por amor" a sus parejas. Sin embargo, la realidad no coincide con la ficción y el resultado no es el reencuentro amoroso sino la separación, en algunos casos, definitiva.
La mayor parte de estos hombres han visto sus esfuerzos tirados por los suelos y terminan pensando que a las mujeres les gusta que las hagan sufrir. Se llega a la conclusión de: cuanto peor tratas a alguien, más se acerca a ti.
Muchas personas tienen claro que este tipo de relaciones cinematográficas no son creíbles y que están sobrevaloradas. ¿No os parece de extrañar que a los hombres no les atraigan este tipo de películas? Ellos no se ven reflejados en ellas, no es su patrón de conducta. No obstante, por otro lado, un gran porcentaje de mujeres sí que se ven reflejadas en estas películas, sin ser conscientes de cómo esto puede afectar a su vida amorosa.
Llegados a este punto debemos cuestionarnos también si los hombres son los únicos que deben ser detallistas, atentos y románticos. Una relación de pareja es cosa de dos, por lo que debemos tener en cuenta que nosotras también tenemos que aportar nuestro 50%. ¿Cómo vamos a exigir un trato si nosotros mismos no somos capaces de darlo? Lo que das es lo que recibes, entonces preocupémonos más por lo que damos que por lo que vamos a recibir.