Cada día, desde hace varios meses, paso entre las 8.30 y las 9 de la mañana por delante del Hospital Clínic, por la puerta de la calle Córcega. Allí se encuentran estacionadas unas 4 o 6 ambulancias de media, más de la mitad de las cuales están con el motor en marcha, algunas con las puertas abiertas, y otras sin nadie en el interior. En la acera, reuniones improvisadas de enfermeros y camilleros, fumando, comiendo el bocadillo o hablando.
Entretodos
Mi reflexión como ciudadano es la siguiente: ¿tanto cuesta parar el motor para no contaminar y consumir combustible innecesariamente?