La expresión ‘Rectificar es de sabios’ se utiliza para indicar que, tras haber cometido algún tipo de error, lo más apropiado es corregir lo hecho o dicho, pidiendo perdón y dando las explicaciones oportunas. El primero que la pronunció fue el poeta británico Alexander Pope (1688-1744); era la coletilla de algo más amplio, él dijo: «Errar es humano, perdonar es divino, rectificar es de sabios”. Pues bien, la ministra Irene Montero que, con su error, ya ha demostrado sobradamente que es humana, al no rectificar de inmediato está perjudicando a muchos y, a su vez, también beneficia a otros.

Expertos en la materia, en el proceso de gestación de la ‘ley del solo sí es si’, la avisaron reiteradamente del desaguisado que podría suponer su aprobación, y nunca les hizo caso. Y posteriormente, cuando su aplicación generó múltiples reducciones de condenas, en vez de rectificar de inmediato continuó persistiendo. Irene Montero no sabe rectificar, no porque no sea sabia, no lo hace porque su altivez biológica no se lo permite. Con su conducta, repito, ha perjudicado a todo el Gobierno, ha puesto de mal humor a propios y extraños, y lo que es peor, muchos abusadores ya andan a sus anchas por la calle.