Jamás me preocupó lo que hiciera cualquier persona con mis datos en la web porque no tengo nada que ocultar. Y, si tuviera algo que no deseo que se conozca, sencillamente no lo haría público. Pero, aún siendo ciudadano argentino y viviendo en Buenos Aires, he recibido decenas de correos electrónicos, que me han hecho perder mucho tiempo valioso, desde distintas compañías y organizaciones que informan sobre cambios en la política de privacidad de datos.
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Todo como consecuencia de que la comunidad europea impone un nuevo Reglamento General de Protección de Datos personales. Sin dudas, merecería iniciar una acción judicial contra la UE para que compense las molestias ocasionadas. Y, además, se los digo claramente: señores políticos ¡dejen de defenderme porque no se los he pedido y es mucho lo que molestan!