El 5 de agosto de 1939 fueron fusiladas, por las tropas golpistas de Franco, 13 jóvenes de edades comprendidas entre los 18 y 29 años. La guerra había terminado hacía poco. Nueve de esas jóvenes eran menores de edad, pues la mayoría de edad de ese momento estaba establecida en los 21 años. Su delito fue el de defender el poder establecido: la República y defender la libertad y la igualdad, y el de pertenecer a la juventudes socialistas unificadas.
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Pero que se podía esperar de gente como el general Queipo de Llano, que decía: "A las mujeres republicanas hay que violarlas a todas y después asesinarlas". Por cierto, pese a la ley de memoria histórica, siete calles de España todavía llevan el nombre de Quipo de Llano. Triste, pero cierto. Por eso creo que hoy es el momento de recordar con más fuerza a las 13 rosas.