En un artículo publicado el pasado 11 de septiembre, 20 años después de los atentados de EEUU, escribe el exministro socialista Javier Solana, secretario general de la OTAN 1995-99 y alto representante de exteriores de la UE 1999-2009 que, por lo tanto, sabe mucho sobre las decisiones tomadas entonces, que “los ataques no podían quedar sin respuesta mientras los talibanes proporcionaran un santuario para Al Qaeda desde el cual preparar y lanzar sus operaciones terroristas”.
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Señor Solana, ¿ha pensado en algún momento que tal vez allí, en Afganistán, los terroristas fuimos nosotros? Y no me refiero a los soldados, guardias civiles, policías o personal civil contratado que afrontaron el riesgo de ser víctimas y por eso merecen mi máximo respeto, sino a todos 'nosotros', a los que decidimos que, a cambio de un módico salario, permaneciesen allí contra la voluntad de los afganos, para defender unos intereses patrios que nadie sabe cuáles eran. Y también digo 'nosotros' porque soy votante del PSOE desde 1977, y aunque sea solo en una enésima parte me siento responsable de las decisiones tomadas por el Gobierno nominalmente socialista.
Entiendo que usted se guía por razones e intereses más elevados que los míos, pero yo, por el sano egoísmo de conservar mi salud mental, e intentando mantener mis convicciones socialistas (internacionalistas), me hago aquella misma pregunta siempre que tengo ocasión.