Cuando en un país la gente vota más con el corazón que con la cabeza, el desastre está servido. Llevamos años soportando un desgobierno, un despropósito, dos partidos que se pelean como escolares en un patio de colegio. Les importa un pimiento el bienestar de los catalanes, solo buscan el escaño, engañando a los catalanes con un fantasmagórico 'procés' que está demostrado que no va a llegar a buen puerto.
Entretodos
Europa, y así lo ha pronunciado claramente el Parlamento Europeo, no quiere escisiones en sus países miembros. Critican de forma sistemática todo lo que hace el Gobierno de España (muchas veces, no lo niego, con razón), pero ellos lo hacen aún peor. Lo de las residencias ha sido un desastre; algunas restricciones no tienen ni pies ni cabeza; quieren dirigir un país cuando no saben ni gestionar una autonomía. Y hay algunas actitudes supremacistas (especialmente en JxCat) que dan pavor. Pero, como he dicho al inicio, la mitad de la población dejará el 'seny' en casa a la hora de ir a votar y, como se dice en catalán, 'sant Tornem-hi'.