Por primera vez, EL PERIÓDICO otorgará, coincidiendo con las fiestas de La Mercè, el premio Barceloní de l’Any, para distinguir a aquella persona que haya contribuido a lo largo del año 2024 a definir, impulsar o mejorar el proyecto de la ciudad de Barcelona, ya sea en el ámbito cívico, económico, cultural, científico o social. Y el jurado de la primera edición del premio ha decidido que quien inaugure la lista de distinguidos con este galardón sea el ingeniero Mateo Valero, padre del Barcelona Supercomputing Center (BSC-CNS) y de las diversas generaciones de supercomputadores que se han ido sucediendo hasta llegar al Mare Nostrum 5, inaugurado hace solo nueve meses y llamado a hacer crecer la capitalidad científica de Barcelona.
Esta nueva iniciativa traslada a Barcelona la filosofía del premio Català de l’Any, que este diario ya ha otorgado en 21 ediciones y que celebrará su edición número 22 el próximo mes de noviembre. A partir de una propuesta de candidatos elaborada por la redacción y validada por el consejo asesor de temas de Barcelona de EL PERIÓDICO, fueron invitadas a emitir su voto siete entidades ciudadanas: la asociación Barcelona Oberta, el Col.legi Oficial d’Arquitectes, la asociación de teatros de Catalunya Adetca, la Taula del Tercer Sector, el Foment de les Arts i del Disseny (FAD) y los gremios de Restauración y de Hoteles.
El impulsor de la supercomputación
Al igual que el 54% de los barceloneses (según los datos del último padrón), el Barceloní de l’Any no nació en esta ciudad sino que llegó a ella para construir su proyecto de vida. Mateo Valero (Alfamén, Zaragoza) lo hizo hace ya 50 años, en 1974, siendo ingeniero de Telecomunicación. Aunque acabó como ingeniero de telecomunicaciones y primer catedrático de arquitectura computacional en la Facultad de Informática de la Universitat Politècnica de Catalunya. Desde ese departamento de nueva creación animó al entonces ministro de Industria, Joan Majó, a invertir en la compra de un computador en torno al cual crear un centro de investigación puntero en Barcelona, que en 2005 se convirtió en el BSC con el apoyo del Gobierno de España, la Generalitat de Catalunya y la UPC. Y su empeño ha permitido que ese embrión haya crecido hasta convertirse en un equipamiento de referencia europeo, atrayendo fondos de la Unión Europea (suman la mitad de los 202 millones de euros en que está presupuestada su última versión, lo que la convierte en la mayor inversión de la UE en materia científica en España), lazos de colaboración con las grandes empresas del sector y proyectos de investigación de los más diversos ámbitos. Científicos de varios países han encontrado en la capacidad de cálculo (el actual Mare Nostum 5 puede ejecutar en una hora operaciones que a un PC potente le costarían 46 años) de los sucesivos supercomputadores la herramienta necesaria para trabajar desde Barcelona en campos tan diversos como la inteligencia artificial, la creación de simulaciones que permitan prever la evolución del cambio climático o analizar la complejidad del genoma humano. Y no todo se acaba aquí: una de las grandes ambiciones del BSC (junto al desarrollo de la naciente computación cuántica) es diseñar y fabricar microchips competitivos y de altas prestaciones, un objetivo financiado por la UE, que busca en este campo recuperar su competitividad y la soberanía tecnológica.
Premio, fiesta y compromiso editorial
La entrega del premio Barceloní de l’Any tendrá lugar el próximo miércoles día 18 en los jardines del Palau Robert, en el marco de una fiesta que convocará a la sociedad civil y política de Barcelona a las puertas del inicio de la semana de las fiestas de La Mercè y estará presidida por el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, junto a los máximos responsables del grupo Prensa Ibérica, editor de EL PERIÓDICO.
La creación del premio Barceloní de l’Any -y el perfil de su primer galardonado- encajan con uno de los principales empeños de la nueva época de esta cabecera, tras su adquisición por parte de Prensa Ibérica: reforzar los vínculos del diario con Barcelona y su área de influencia, en la que viven más de tres millones de personas. Y hacerlo con su redoblada apuesta informativa por Barcelona y su región metropolitana y un compromiso editorial con el debate ciudadano que mire hacia el futuro e impulse nuevos proyectos que la consoliden como una de las grandes capitales de Europa, poniendo en valor su liderazgo en la industria digital, en la creación de 'startups', en el comercio de calidad y en el desarrollo de modelos y experiencias de movilidad, de vivienda, de ocio, turismo o deporte que permitan un progreso sostenible.