La geopolítica y lo colectivo

Por qué no hay paranoia nuclear como antes

El presidente ruso, Vladimir Putin, ha amenazado de manera clara con emplear su arsenal nuclear, y su homólogo estadounidense, Joe Biden, ha dicho que el “armagedón” está más cerca que nunca, pero, la verdad, a pie de calle nadie parece realmente preocupado. La indolencia propia de nuestros tiempos no es la única explicación.

El presidente ruso, Vladimir Putin. / REUTERS / MAXIM ZMEYEV

No, no hay nada parecido a una paranoia nuclear, una verdadera paranoia nuclear, aunque así se empeñen en deslizarlo algunos estos días, al son de las amenazas de Putin y el eco que encuentran en su contraparte estadounidense, Joe Biden, encantado de poder pronunciar ‘armagedón’ y ‘nuclear’ en la misma frase. No la hay, al menos, como la conoció otra generación, la de los misiles, llamémosla, cuando tuvo lugar ese clímax de la Guerra Fría que fue la crisis de Cuba y los estadounidenses improvisaban refugios en los sótanos de sus granjas por si el demonio soviético tocaba a sus puertas. Salvo ese, ningún otro momento de la historia ha temido tanto el uso de armas nucleares en el marco de un conflicto bélico, y sin embargo, el miedo, la paranoia, no se extienden. Mejor, claro: quién quiere un brote de histeria colectiva. Pero extraño.