Cuando uno imagina las vacaciones a un destino lejano, enseguida se ve en el lugar soñado, como en las películas, donde con un cambio de plano, el protagonista de la historia ya ha llegado a donde quería ir. Pero en la vida real estas elipsis cinematográficas no existen y toca ir al aeropuerto, facturar el equipaje, pasar los controles pertinentes, esperar la hora de embarcar, subir al avión y realizar el trayecto. Y todo esto con colas, esperas y con el temor de que no haya ningún inconveniente de última hora. Como, por ejemplo, lo que está ocurriendo este agosto, en el que los trabajadores de distintas compañías aéreas, cansados de sus malas condiciones laborales, hacen huelga para protestar.
Entender + con la historia Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
Los aviones de los bisabuelos | + Historia
Las huelgas de los trabajadores de las compañías aéreas están complicando el desplazamiento de muchos viajeros estas semanas porque muchísima gente toma aviones para ir de vacaciones. Hace cien años era algo distinto.
Cartel publicitario de Imperial Airways, en 1929 (San Diego Air & Space Museum Archive)
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