Entender + política y moda

La reina de España (no) tiene piernas

Siendo aún princesa, corría el rumor de que la monarca confesaba en 'petit comité' cómo había descubierto que con solo alargar o acortar el largo de su falda conseguía eclipsar cualquier titular que pudiera afectar a la monarquía

La reina Letizia, por la calle Jaime II de Palma de Mallorca, en el marco de su estancia en la isla balear. / EFE/ Ballesteros

Corría el siglo XVII cuando un comerciante se acercó al carruaje de la reina para obsequiarla con uno de los productos más lujosos por aquel entonces: unas medias de seda. Uno de los mayordomos de Su Majestad rechazó airado el regalo con una frase lapidaria: "La reina de España no tiene piernas". La anécdota, olvidada prácticamente en nuestro país pero que en numerosos libros internacionales referidos al puritanismo del cuerpo se utiliza repetidamente para dar cuenta del tabú que representaban las extremidades inferiores en una mujer, vino esta semana a mi memoria al comprobar cómo más de un carca en la corte aún hiperventilaba (¡cuatro siglos después!) al ver a Letizia con minifalda (y luego, para rematar, 'shorts'). La actual soberana nos tiene acostumbrados al largo 'midi' y como la mayoría de féminas pertenecientes a la monarquía europea (a excepción de cuando practican deporte) no suelen mostrar más de dos dedos por encima de la rodilla. Ir más allá, enseñar ya muslo, se considera poco "apropiado" en un acto institucional. Obviamente, es cuestión de gustos (es decir, que nos genere a la vista armonía visual) y cultura; pero que la diosa Coco Chanel detestara la minifalda de Mary Quant a la que tildó de "sencillamente horrenda" ha acabado influyendo también en la visión negativa de la prenda.