El rugir del tráfico rodado, las obras en la vía pública y los ‘botellones’ a altas horas en alguna plaza. Estas son las principales fuentes de ruido en una gran ciudad como Barcelona, pero no las únicas. Hay muchas más y pueden pasar desapercibidas para la gran mayoría, no así para los vecinos más inmediatos. Que se lo digan a Roberto Fratini y su pareja, que poco podían imaginar al alquilar un piso en el corazón del Eixample que el obrador de pan y bollería que tenían justo debajo podía emitir lo que describen como un “zumbido permanente insoportable”.
En comunidad
Víctimas de la contaminación acústica: denuncias, pastillas para dormir y exilio
Varias cartas recibidas en la sección Entre Todos ponen el foco en la contaminación acústica y cómo el ruido perturba su día a día. Este artículo recoge solo dos casos, pero muy singulares, en los que una actividad económica aparentemente inofensiva resulta incompatible con el descanso de los vecinos.
Fratini, junto a la ventana de su piso en la calle de Urgell, afectado por el ruido provocado por un obrador de pan. /
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