La noche y la literatura

Insomnio: la piedra infernal del escritor nocturno

Algo pasa con el insomnio: cuatro libros sobre el tema pueblan la mesa de novedades de las librerías, novelas y ensayos que invitan a reflexionar sobre la casi mitológica relación que mantienen los escritores con la noche, con los sueños y con la imposibilidad de dormir. Cuidado con los monstruos que alumbra la vigilia.

Kafka, el escritor que encontró creatividad en el insomnio.

Existe una idea romántica, construida en parte sobre un umbral de pruebas sólidas, en parte sobre la necesidad de cimentar el mito, que destierra al escritor al territorio de la noche. Allí, solo, despierto cuando todo el mundo duerme, este ser singular crea. No ocurre con ninguna de las otras artes: cuando la gente piensa en un pintor o en un músico no se los imagina de noche, solos en su buhardilla. Al escritor sí. Flaubert, Proust y Kafka no solo tienen en común que escribieron y trascendieron, sino que trabajaron de noche. Kafka no tenía alternativa: como dejó consignado en sus cartas y ha quedado reflejado en su biografía, era insomne.