Vecinos de Horta-Guinardó denuncian una infravivienda en unos bajos comerciales

Dos persianas metálicas a medio bajar en la calle de França, en Barcelona, dejan entrever algo parecido a una vivienda. En este local comercial, una antigua pequeña peluquería de barrio, residen una persona y un perro desde hace menos de un año. La relación de este nuevo inquilino y su mascota con el resto del bloque empezó con mal pie. Las obras para adecuar el interior se alargaron durante tres largos meses, incluyendo festivos, día y noche, explica un lector, J.P., de 55 años, que prefiere mantenerse en el anonimato para evitar más problemas. Hartos del ruido a horas intempestivas, los vecinos de este bloque sito en el barrio de Can Baró pusieron una denuncia en el Ayuntamiento el pasado abril. Entendían que tratándose de un local comercial de 18 metros cuadrados no podía tener la cédula de habitabilidad, un documento imprescindible para este tipo de reformas. “Antes enviamos tres cartas y un burofax al propietario del local y el silencio fue la respuesta”, precisa el lector en la carta enviada a la sección Entre Todos. El lector asegura que esta persona llenaba garrafas de agua en la portería (solo está dado de alta de la luz) y lo relaciona con la desaparición de material de limpieza de la comunidad, aunque eso no lo pueda demostrar. “Cuando se enteró de que habíamos puesto la denuncia nos insultó, nos amenazó en plena calle. Fuimos a los Mossos para denunciarlo, pero con buen criterio la policía nos dijo que era mejor dejar que actuara el Ayuntamiento para no complicar las cosas”, recuerda el portavoz de los vecinos. El inquilino de los bajos, que responde a las siglas J.G., se ha puesto en contacto con este diario para desmentir todas estas acusaciones. Admite que atraviesa un mal momento personal, que le ha empujado a vivir en estos bajos, pero sostiene que en ningún momento se ha enfrentado con sus vecinos. El portavoz de los vecinos acudió a un Consell de Barri el pasado mes de octubre para trasladar su inquietud a la concejala del distrito de Horta-Guinardó, Rosa Alacón. “Expuse que hay peligro de incendio y más ahora con la estufa que ha puesto. Si pasa alguna desgracia por un incendio, ¿qué nos dirá el Ayuntamiento? ¿Que teníamos que insistir más? Nos hacen pagar impuestos, tasas, zona verde, azul… pero cuando se trata de exigirles que cumplan con las normas que ellos mismos dictan es una pesadilla burocrática”, añade J.P., que espera una actuación por parte del consistorio desde entonces. La cédula de habitabilidad de los bajos de la calle de França no figura en la Agència de L’Habitatge de Catalunya -se puede consultar en su web aportando la referencia catastral- y sin este documento administrativo esa vivienda es ilegal. Para empezar, este espacio incumple varios de los requisitos mínimos, recogidos en el Decreto 141/2012 de la Generalitat de Catalunya, como tener una superficie útil de 20 metros cuadrados como mínimo y disponer de una instalación de agua fría y caliente en buen estado. El Ayuntamiento tiene abierto un “expediente de disciplina urbanística” por cambio de uso de local a vivienda. Realizaron una primera inspección en abril de 2021, se notificó incoación en mayo, recibieron alegaciones por parte del titular que fueron desestimadas y en enero de este mismo año se volvió a hacer inspección. “Se comprobó que continúa el cambio de uso y, por tanto, ahora queda pendiente de ejecutar sanción o ejecución subsidiaria”, explican a este diario fuentes del Distrito. Fenómeno al alza La historia de esta antigua peluquería reconvertida en infravivienda - por sus dimensiones y la falta de agua corriente- se engloba en un fenómeno al alza. Basta con dar una vuelta por calles adyacentes de la avenida de la Mare de Déu de Montserrat, como la calle de França, en horario comercial para comprobarlo. Algunas persianas bajadas esconden hogares, más o menos habitables. Las cifras facilitadas por la Agència de l’Habitatge de Catalunya son elocuentes: el número de cédulas de habitabilidad que sí se otorgan en toda Catalunya por cambio de uso, de local a vivienda, no han dejado de aumentar en los últimos años. Las 1.521 cédulas concedidas el pasado año contrastan con las 188 de 2013. El aumento se ha mantenido año tras año. Cabe decir que el 80% de las cédulas de habitabilidad concedidas corresponden a la provincia de Barcelona, según fuentes de la agencia catalana, el organismo que tramita las solicitudes una vez son autorizadas previamente por el ayuntamiento que corresponda. La falta de vivienda asequible combinada con el cierre de muchos negocios, acentuado durante los meses de la pandemia, ha provocado que en grandes ciudades como Barcelona el número de peticiones para convertir locales comerciales en pisos habitables se ha disparado. Sobre el papel, la conversión de estos establecimientos, siempre y cuando reúnan las condiciones mínimas de habitabilidad, presenta una oportunidad. Así lo entiende el gobierno de la capital catalana, si bien estudia caso a caso antes de conceder el permiso para el cambio de uso. Mezcla de usos y actividad comercial “Desde el Ayuntamiento velamos para que en cada operación se cumplan todos los requisitos y que las viviendas cumplan las condiciones de habitabilidad exigibles para asegurar que se pueda vivir en buenas condiciones”, subrayan fuentes del Gobierno municipal, que en el algunas zonas de la ciudad pone ciertas condiciones para que el cambio de uso de local comercial a vivienda con el objetivo de “preservar la mezcla de usos, el acceso a la vivienda asequible, el comercio de barrio y la actividad comercial” en la ciudad. Así, por ejemplo, en el casco antiguo de Gràcia el nuevo planeamiento urbanístico permite el cambio de uso en calles que no sean considerados ejes comerciales solo si las viviendas que se hacen son de protección. En los últimos 5 años, el Ayuntamiento de Barcelona ha concedido 932 licencias para cambio de uso de local comercial a vivienda. En el 2021, los distritos con más autorizaciones son Sants-Montjuïc (21), Horta-Guinardó (20) y Sant Andreu (17). Los que menos, Ciutat Vella (6), Les Corts (8) y Sant Martí (9). El incumplimiento de las condiciones de habitabilidad (entre las que también se incluyen la altura del techo, la distancia de las ventanas con fincas contiguas o el número de viviendas ya existentes en la finca) y la lentitud del proceso (informe de viabilidad, presentación del proyecto técnico, visita del técnico del Ayuntamiento, etc) podrían explicar que muchos establecimientos comerciales se transformen en viviendas de forma ilegal como el situado en la calle de França. Si quieres dar a conocer tu punto de vista entre la comunidad de EL PERIÓDICO y que tus quejas reciban respuesta, únete a Entre Todos , donde podrás publicar tus cartas y leer otros artículos.

Vecinos de Horta-Guinardó denuncian una infravivienda en unos bajos comerciales

Los inquilinos del bloque, preocupados por la posibilidad de un incendio, lleva meses esperando una actuación por parte del Ayuntamiento, que confirma la apertura de expediente

El número de cédulas de habitabilidad otorgadas por cambio de uso no ha dejado de aumentar en los últimos años

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