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La queja de un lector: desplazamientos de ancianos evitables con poderes notariales

Acompañamos a un nonagenario con alzhéimer y movilidad reducida a una sucursal bancaria para realizar una sencilla gestión. Los notarios recomiendan tramitar una autorización con antelación en previsión de una futura situación de pérdida de su capacidad

Frank, taxista, ayuda a bajar a Álvarez padre de su taxi adaptado. Al fondo, su hijo espera para entrar en la sucursal bancaria. / Zowy Voeten

En un momento en el que muchas personas mayores reclaman a los bancos un trato más humano llegó a la redacción de EL PERIÓDICO el testimonio de un lector muy molesto porque habían convocado a su padre en una sucursal bancaria para un trámite aparentemente sin importancia. ¿El problema? El convocado, titular de la cuenta, de 94 años, tiene alzhéimer y movilidad reducida. “Con todos los avances tecnológicos, como el reconocimiento facial, no entiendo cómo nos hacen esto. Insisten que debe ir él. He podido hacer otras gestiones antes y nunca me pusieron ningún problema”, explicaba vía telefónica su hijo, José Luis Álvarez, el día antes de la cita.